A la vanguardia del rociado con el tubo giratorio
Sin embargo, tuvieron que pasar algunos años antes de que Krones alcanzara el liderazgo en la tecnología de lavado. El hito con el que se consigue es todo un logro. Todo nace con un problema técnico que tenían prácticamente todas las máquinas lavadoras de la época: las botellas se sometían a varios baños de inmersión y a varios rociados con sosa cáustica y agua. Esto se sigue haciendo hoy en día también así. Lo malo era que las partículas de suciedad o los residuos de etiquetas disueltos en el líquido obstruían repetidamente las boquillas del sistema de rociado interno. Los fabricantes intentaban limpiar las boquillas durante la operación perforándolas, cepillándolas o aplicando otros métodos, pero ninguna solución convencía. Solo funciona realmente bien un tubo rociador giratorio, que es un método patentado. El tubo rociador giratorio tiene un efecto autolimpiante incorporado porque el líquido que fluye a través de las boquillas va cambiando de dirección debido a la rotación del tubo.
Matthias Wahl comenzó a trabajar en 1986 en el Departamento de patentes de Krones y recuerda: “Nadie en el mercado podía pasar por alto esta patente por aquel entonces. Sin esa solución, era difícil vender máquinas a precios razonables. También habíamos investigado a fondo. En aquella época no había nada digital. Viajamos a la oficina de patentes de Múnich para rebuscar sin mucho éxito en documentos antiguos que se remontaban al Imperio Alemán”.
La patente es el eje alrededor del cual todo gira
Con este panorama, Hermann Kronseder recibe una oferta de compra del fabricante de máquinas lavadoras Zierk de Flensburgo, en el norte de Alemania. Resulta que la empresa tenía una licencia para esa patente exacta. Fue una auténtica sensación, recuerda Wahl: “Recuerdo cuando el Sr. Kronseder entró en nuestra oficina con una hoja de papel en la mano y le dijo a Hansjörg Halbo, el que era entonces mi jefe: veamos qué tengo aquí. Compruebe por favor si esto es válido”. Y así, en 1988, Krones no solo se hizo con un nuevo centro de operaciones en el norte de Alemania, sino que también se catapultó a la Champions League de los fabricantes de lavadoras. A partir de ese momento, esta unidad de negocio despegó porque Krones dispondría de una solución extraordinariamente demandada en el mercado.